La piel flexible y tersa se asocia con la juventud y una de las mejores formas de lograr este aspecto es mediante el uso de aceites faciales, una práctica empleada a lo largo de los siglos.
Los aborígenes de Australia han utilizado durante mucho tiempo el aceite de emú como hidratante o para tratar heridas en la piel. Los arqueólogos creen que los egipcios usaban aceites vegetales, sobre todo ricino, sésamo y oliva, no solo para tratar la piel, sino también como moneda.
Sin embargo, a pesar de la evidencia del uso de aceites para cuidar la piel durante miles de años, los aceites faciales solo recientemente se han convertido en un elemento básico en el cuidado de la piel.
Con innumerables aceites disponibles y diferentes afecciones o tipos de piel puede ser difícil elegir la mejor opción para cada persona.
Piel envejecida
Desafortunadamente, el contenido de lípidos de la piel disminuye naturalmente a medida que envejecemos, lo que puede provocar la aparición de líneas finas, arrugas, textura áspera y sequedad.
Combinadas estas características a menudo contribuyen a una mayor percepción de la edad. Entre los aceites más destacables para las pieles envejecidas destacan:
Aceite de Rosa Mosqueta
El aceite de semilla de rosa mosqueta se extrae de las semillas del rosal. También es rico en antioxidantes que protegen la piel del daño de los radicales libres, ácidos grasos para apoyar la formación de una barrera saludable y ácido retinoico que mejora los signos del envejecimiento.
Aceite de Argán
El aceite de argán se extrae de los granos del árbol de argán de Marruecos y es una fuente rica en ácidos grasos, esteroles vegetales, vitamina E, antioxidantes y flavonoides que inhiben la degradación del colágeno y refuerzan la barrera lipídica.
Piel seca
Mientras que la piel seca carece de lípidos o grasas, la piel deshidratada carece de humedad, pero a menudo se sienten y se ven iguales. Entre los síntomas más significativos destacan la descamación, tirantez, irritación, textura áspera, líneas finas y / o sensibilidad acompañadas de sensaciones como picazón, ardor o escozor.
La aplicación de aceites puede proporcionar un alivio inmediato y, al reponer los lípidos, sellar la hidratación y calmar la irritación.
Aceite de Tamanu
El aceite de Tamanu se extrae de las semillas de Calophyllum Inophyllum del árbol de Ati que se encuentran en el Pacífico Sur y es conocido por sus propiedades curativas, antioxidantes, antibacterianas y calmantes para la piel. Además, ayuda a proteger la barrera cutánea de la degradación de los lípidos, especialmente cuando la piel está expuesta a la radiación UV.
Aceite de Aguacate
Los esteroles de aguacate son una rica fuente de fitoesteroles, colesteroles de origen vegetal, que también ayudan a mantener las bicapas lipídicas, suavizan, calman la piel y reducen la sequedad.
Piel sensible
Se puede presentar con características similares a la piel seca y deshidratada debido a que la barrera cutánea se encuentra comprometida. Las personas que experimentan sensibilidad también pueden contar de irritación, inflamación, sequedad, picazón, ardor, escozor, rubor y enrojecimiento.
La aplicación de aceites fortalece los lípidos de la barrera, calma y suaviza la piel además de reducir el enrojecimiento y la incómoda sensación. Entre los aceites más recomendables para las pieles sensibles se encuentran:
Aceite de Semillas de Girasol
El aceite de semilla de girasol (Helianthus Annuus) está compuesto por ceramidas que ayudan a mantener la cohesión de las células cutáneas y minimizar la deshidratación.
Ayuda a disminuir la inflamación y estimula el crecimiento de nuevas células, lo que favorece en la función protectora de la barrera.
Aceite de Onagra
El aceite de onagra incluye ácido gamma linoleico, un ácido graso que también es necesario para las bicapas lipídicas epidérmicas.
Asimismo, se ha demostrado que alivia y mejora el eccema y otras afecciones cutáneas.
Además, también aumenta el contenido de lípidos de la barrera y ayuda en la producción de prostaglandinas, que apoyan la función celular adecuada.
Piel grasa
A pesar de que en muchas ocasiones se cree que los aceites vegetales pueden agravar la afección es todo lo contrario.
Algunos aceites como el aceite de jojoba o el salvado de arroz ayudan a regular la actividad de las glándulas sebáceas sin ocluir los poros.
Además, en muchas ocasiones las pieles grasas se limpian en exceso utilizando cosméticos muy abrasivos elaborados con alcohol.
Sustituir los limpiadores de alcohol por uno elaborado con aceites vegetales no oclusivos ayudará a reducir la grasa y los brotes.
Aceite de Salvado de Arroz
El aceite de salvado de arroz se extrae de la cáscara de los granos de arroz. Es abundante en antioxidantes, ácidos grasos y vitamina E.
Se ha utilizado en Japón durante siglos para tratar la piel porque ayuda a suavizar la superficie, brindar protección y aclarar el tono de la piel.
Aceite de Jojoba
El aceite de jojoba tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a controlar las rozaduras y las grietas, además de reducir el enrojecimiento causado por la inflamación.
Asimismo, la vitamina E y las vitaminas del complejo B en el aceite de jojoba ayudan a reparar la piel y controlar el daño.
Además, cuenta con propiedades bactericidas y antifúngicas ayudando a prevenir el crecimiento de bacterias en la piel.
Los aceites vegetales tienen numerosos beneficios, que incluyen reponer y fortalecer la barrera para una protección adicional de la piel, brindar apoyo antioxidante, aumentar la firmeza y elasticidad, suavizar y calmar e incluso limpiar en profundidad.
Actualmente se pueden encontrar en el mercado infinidad de aceites vegetales por lo que es de suma importancia detectar cuáles son nuestras necesidades y optar por aceites que nos aporten los nutrientes necesarios para su bienestar.