Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 de origen marino, principalmente el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), presentes especialmente en pescados grasos o azules, producen diversos efectos saludables en la salud humana, especialmente a nivel cardiovascular, cerebral y visual.
En un reciente estudio, investigadores de Finlandia afirman que las mujeres podrían mejorar el desarrollo de la vista y la función cerebral de su bebé nonato con el consumo regular de pescado rico en omega-3 durante el embarazo.
El estudio de escala pequeña publicado en Pediatric Research respalda las investigaciones previas que demuestran la importancia de la dieta y el estilo de vida durante el embarazo para el desarrollo del bebé. El estudio demuestra que ajustar la dieta de las mujeres embarazadas saludables añadiendo un mayor consumo de omega-3 podría ser beneficioso para sus bebés.
“Los resultados de nuestro estudio sugieren que el consumo frecuente de pescado en mujeres embarazadas es beneficioso para el desarrollo de su bebé nonato. Esto podría atribuirse al contenido de ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) pero también a otros nutrientes como la vitamina D y E que también son importantes para el desarrollo”, explicó Kirsi Laitinen de la Universidad de Turku y el Turku University Hospital en Finlandia.
Según Laitinen, la alimentación de la madre durante el embarazo y la lactancia es la forma principal en la que los valiosos ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) se encuentran disponibles para el feto y la función cerebral del bebé durante el periodo de máximo desarrollo cerebral en el primer año de vida del bebé. Estos ácidos grasos ayudan en la formación de las células nerviosas que son relevantes para la vista y, en particular, para la retina. También son importantes en la formación de las sinapsis que son vitales para la transmisión de mensajes entre las neuronas y el sistema nervioso.
“Por ello, nuestro estudio subraya la importancia potencial de los pequeños cambios en la dieta de las mujeres saludables con embarazos no comprometidos, más allá de las deficiencias nutricionales y la prematuridad, en la regulación del neurodesarrollo infantil”, dijo Laitinen que cree que sus resultados deberían incorporarse en la orientación que se les da a las mujeres embarazadas respecto a su alimentación.
Detalles del estudio
El equipo de investigación finlandés analizó los resultados derivados de un amplio estudio de 56 madres y sus niños. Como parte del estudio las madres debían mantener regularmente un diario de alimentación durante el transcurso del embarazo. Se tuvieron en cuenta las fluctuaciones de peso antes y después del embarazo, así como sus niveles de azúcar en sangre y la presión sanguínea. También se tuvieron en cuenta otros aspectos como si fumaban o desarrollaron diabetes relacionada al embarazo.
El equipo registró los niveles de las fuentes de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga en la dieta de la madre además de las medidas de suero en sangre y los niveles en la sangre de los bebés con un mes de edad.
En su segundo cumpleaños los niños fueron evaluados utilizando potenciales evocados visuales (PEV) de patrón reversible, un método sensible y preciso, no invasivo que se utiliza para detectar los cambios del funcionamiento y maduración visual que ocurren en el sistema visual del niño.
El análisis de los resultados de este test demostró que los niños cuyas madres consumieron pescado 3 o más veces por semana durante el último trimestre del embarazo obtuvieron mejores resultados que aquellos cuyas madres no consumieron pescado o solo consumían dos porciones por semana.
El equipo dijo que estas observaciones se confirmaron aún más cuando se evaluó el nivel de ácidos grasos en fosfolípidos séricos.
Referencias
Normia J, Niinivirta-Joutsa K, Isolauri E, Jääskeläinen SK, Laitinen K. Perinatal nutrition impacts on the functional development of the visual tract in infants. Pediatr Res. 2018 Sep 20.